sábado, 10 de enero de 2015

Historia de mi bumerán



                                        





HISTORIA DE MI BUMERÁN

            Todos tenemos objetos amados de nuestra infancia y objetos que nos marcan y que de algún modo nos definen. Uno de los objetos más valiosos de mi infancia es el bumerán.

            Cuando era pequeña, sorprendía a mi familia hablando de viajes a lugares remotos que leía en mis libros o que veía por la televisión. Era curioso, porque cuando apenas sabía hablar, ya hablaba de ello y pensaba que iba a dedicar mi vida a viajar y a descubrir mundos nuevos. Otra costumbre que tenía era la de pedir regalos excéntricos que pocos niños pedían. Entre ellos estaban los libros, los bumeranes o el telescopio de mi primera comunión. Cuando se aproximaba la fecha de mi primera comunión y me preguntaban qué regalos quería, yo decía que me diesen dinero porque quería comprar mi primer telescopio. Ya tenía libros de divulgación sobre astronomía, un planisferio celeste con el que guiarme y un padre, también aficionado a la astronomía, que veía con entusiasmo la idea de acoger un telescopio en casa. Y con él llegamos a observar Saturno, que aunque diminuto ante sus lentes, nos ofreció el inolvidable espectáculo de sus hermosos y enigmáticos anillos.

             Más adelante intenté manejar otro objeto más indisciplinado: el bumerán. Desde que observé en dibujos animados y documentales su movimiento hipnótico de ida y retorno a las manos de su amo, quise hacerme con uno de ellos. No me gusta la caza ni  la idea del bumerán como arma de caza, sino como pasatiempo. Me gustaba la idea de domesticar ese objeto y lanzarlo haciendo que volviese a mis manos y sentirme con el control. Sin embargo, después de dos bumeranes extraviados y de su evidente insubordinación, decidí no perder mi tercer bumerán solo para sentirme su dueña. Mis bumeranes eran de distintos materiales, distinto peso, textura y colores. Verdaderamente bonitos como adorno y como símbolo de la existencia de culturas y costumbres lejanas. Mi último bumerán tenía el fondo verde y dibujos en colores llamativos que evocaban las pinturas de los aborígenes de Australia. Lo coloqué en el corcho de mi habitación, como adorno y porque tiene un gran significado inherente para mí. En realidad ningún adorno que yo coloque está desprovisto de significado, aunque otros vean un objeto y nada más. A la hora de hacer un logotipo para empezar a trabajar como traductora, me aconsejaban que buscase algo que me identificase. Pensando con la ayuda de mi familia, fuimos rescatando recuerdos e intentando definir qué tenía que ver con mi personalidad y qué no. Llegamos a la idea del bumerán y pensamos que también podía tener una simbología relacionada con las lenguas y la comunicación. La comunicación también tiene un movimiento de ida y retorno. Implica reciprocidad: lo que tú envías no se queda en el aire y siempre vuelve, aunque sea con una forma diferente. Cuando preguntas, recibes una respuesta y si la respuesta es el silencio, también eso es una respuesta y es interpretable (si el bumerán no vuelve, tenemos que plantearnos por qué y si podemos recuperarlo).  

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martes, 6 de enero de 2015

Proverbios, refranes, frases hechas...




PROVERBIOS, REFRANES, FRASES HECHAS…


Una parte muy interesante de un idioma son sus proverbios, refranes y frases hechas, que recogen la sabiduría popular y son una buena fuente de información de las costumbres y formas de vida del presente o de los antepasados de las personas que los utilizan. Muchas veces los usamos sin saber su procedencia y suelen ser problemáticos a la hora de traducir. 

Una frase graciosa que usamos cuando alguien se marcha sin decir adiós es “despedirse a la francesa”. Los propios franceses, por supuesto, no usan esta expresión y dicen “filer à l’anglaise”. En polaco se dice “wyjsc po angielsku”, literalmente “salir a la inglesa”.
En España, cuando algo nos suena muy raro, decimos que nos “suena a chino”. En inglés se dice “It’s all Greek to me” (literalmente “para mí todo eso es griego”) y en alemán usan “Ich verstehe nur Bahnhof” (solo entiendo estación). Donde nosotros decimos “hacerse el sueco”, los polacos dirían “hacerse el griego”. Otra curiosidad es la palabra rusa “немеч” (alemán), cuyo origen está probablemente en la palabra mudo, en ruso “немой”. 
 
Un proverbio que nos aconseja no dar las cosas por hecho y ser prudentes es “no echar las campanas al vuelo antes de tiempo”. En francés se dice no vender la piel del oso antes de matarlo: “Ne pas vendre la peau de l’ours avant de l’avoir tué”. En inglés, es muy frecuente el “don’t count your chicks before they hatch” (“No cuentes los pollos antes de que salgan del cascarón”). En alemán, el dicho dice que no se debe alabar el día antes de que llegue la noche “Man soll den Tag nicht vor dem Abend loben”.   


Una expresión muy corriente es decir que algo “se vende como rosquillas” o “como churros”. En el mismo contexto, en inglés se usa la comparación con las tortitas calientes “to go or sell like hot cakes”, mientras que en alemán hablan de panecillos calientes “weggehen wie warme Semmeln”. 













Para decir que algo es evidente o claro, nosotros decimos que es “claro como el agua”, en francés se dice “clair comme l’eau de roche” (“claro como el agua de una fuente o manantial"). En inglés se dice “claro como el cristal” (crystalclear), en alemán es usual el “klar wie Kloβbrühe”  (“claro como el caldo de albóndigas”) y en polaco “jasne jak slonce” (claro como el sol).
 
Suelen decirnos que la edad da sabiduría, pero como no siempre es más sabio el de mayor edad y no depende únicamente de ese factor, me quedo con el proverbio alemán que dice que “la edad no protege de la estupidez o la ignorancia”: “Alter schützt vor Dummheit nicht”.

Páginas interesantes:
 
Una página muy interesante que recomiendo a todas las personas interesadas en los refranes es el refranero multilingüe del centro virtual Cervantes. Ahí están recogidos gran cantidad de refranes del español con su origen y explicación y su traducción a 14 idiomas diferentes:

Interesante texto en castellano sobre la dificultad de aprender el español para los polacos. En él se destacan diferencias y similitudes lingüísticas y culturales del español y el polaco:
En inglés: Artículo divertido que compara idioms en inglés con su equivalente en alemán:  
Página de idioms en inglés:

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lunes, 5 de enero de 2015

Historia de la interpretación simultánea




LA INTERPRETACIÓN SIMULTÁNEA

El intérprete en la antigüedad

La labor del intérprete, al igual que la del traductor, ha existido desde tiempos remotos. Ya en el antiguo Egipto era necesario este trabajo y los faraones incluso introdujeron el título de intérprete superior y algunos obtenían el de sóter (salvador).  Los gobernantes utilizaban sus servicios para campañas bélicas y negociaciones diplomáticas o comerciales. Con la caída de Egipto en manos árabes, fue fundamental el trabajo de los intérpretes para la islamización del país.  
En la antigüedad, el griego, el arameo o el latín eran las lenguas internacionales usadas por las élites y el comercio fue fundamental a la hora de impulsar la tarea de traductores e intérpretes: las grandes expediciones contaban con intérpretes que servían de enlace entre las diferentes lenguas y culturas.

El intérprete de hoy. El inicio de la interpretación simultánea

            En el siglo XIX apenas era necesaria la interpretación de alto nivel, ya que el francés era la lengua utilizada para la diplomacia y los diplomáticos se comunicaban en ella. La situación cambió considerablemente a partir de 1919 en la Conferencia de paz de París, en la que el inglés fue declarado segunda lengua oficial de la Liga de las Naciones y con ello comenzó la interpretación consecutiva.  
La interpretación simultánea, por otro lado, se introdujo por primera vez en la antigua Unión Soviética en el año 1928, en el VI Congreso Mundial de la Internacional Comunista.
En la década de 1920, el uso de la interpretación simultánea se expandió rápidamente. En el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, se llevó a cabo la interpretación simultánea a seis idiomas y, posteriormente, en su XXI Congreso, a 18. En el pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, en el año 1933, se usaron cabinas para la interpretación simultánea. En el XV Congreso Internacional de Fisiología celebrado en Leningrado (actual San Petersburgo) en 1935, se llevó a cabo la interpretación simultánea del discurso introductorio de Pavlov de ruso a francés, inglés y alemán.

            En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, y como consecuencia de la restricción de las actividades de la Liga de las Naciones, la interpretación simultánea prácticamente desapareció del panorama diplomático, resurgiendo de nuevo en 1944 en una conferencia en Filadelfia y, con un impulso renovado, en el año 1945 durante los juicios de Núremberg. Estos juicios supusieron un antes y un después en la interpretación simultánea y consolidaron su papel en las instituciones internacionales. Dichos juicios fueron llevados a cabo por iniciativa de los países aliados vencedores en la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de juzgar los crímenes nazis. Se llamó al general Léon Dostert (intérprete de Eisenhower) para encontrar una solución práctica a la barrera idiomática, ya que era necesario interpretar en cuatro lenguas: inglés, francés, alemán y ruso y la interpretación consecutiva tenía el problema de prolongar considerablemente el tiempo de escucha. Por ello, ante la necesidad de inmediatez, se optó por la interpretación simultánea. Y fue todo un éxito, de modo que los intérpretes (estudiantes y profesores de la Escuela de Interpretación de Ginebra y emigrantes y refugiados con conocimientos de los idiomas) pasaron posteriormente a ser miembros de la plantilla de las Naciones Unidas.



 

En la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1947 se estableció el uso de la interpretación simultánea junto a la consecutiva o como alternativa a esta, según la situación lo requiriese. La interpretación simultánea ha ganado terreno a la consecutiva por su rapidez y porque permite trabajar con un número mayor de idiomas.
Las necesidades de interpretación van de la mano de las políticas de muntilingüismo y de las nuevas tecnologías. Hoy en día, la institución que más empleo da a intérpretes simultáneos es la Unión Europea, ya que muchas de sus reuniones tienen que interpretarse a sus 24 lenguas oficiales. Con su política de multilingüismo, la Unión Europea anima al aprendizaje de al menos dos idiomas de la Unión Europea además de nuestra lengua materna.

Enlaces interesantes:



      http://espaiic.es/prof/2d_origen.html

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Distintas lenguas, distintas culturas...




DISTINTAS LENGUAS, DISTINTAS CULTURAS,  
DISTINTAS VISIONES DEL MUNDO

La diversidad

La diversidad hace que el mundo sea interesante y el hecho de estar con gente muy diferente a nosotros nos enseña mucho. Creo que saber escuchar a los demás es un don, ya que todo el mundo puede enseñarte algo que no sepas y no importa el origen, la edad ni la formación de la persona que habla. Todos tenemos algo inteligente que aportar a los demás, algo positivo y una visión única de las cosas, que precisamente por ser única, es interesante. Es un placer poder compartir tu vida con gente diversa, ya sea de tu país o de otro diferente, ya comparta tus ideas políticas o defienda otras distintas y ya tenga la misma o distinta filosofía y forma de vida. Donde hay libertad y tolerancia, hay diversidad y todo a tu alrededor es rico y te enriquece. Donde se impone algo como verdad absoluta, el mundo se vuelve gris, absurdo e irreal. Porque el mundo es esencialmente diverso y es fundamental respetar su esencia.

Lenguas, culturas y visiones del mundo

Hablando de lenguas, comparto la visión de Alfonso Reyes: “Una lengua es toda una visión del mundo, y hasta cuando una lengua adopta una palabra ajena suele teñirla de otro modo, con cierta traición imperceptible. Una lengua, además, vale tanto por lo que dice como por lo que calla, y es dable interpretar sus silencios”.
Podemos encontrar diferencias muy curiosas en la percepción de nuestro entorno que quedan plasmadas en la lengua. Un ejemplo que me gusta mucho es la variedad de blancos que existe en la cultura inuit. Los inuits son lo que muchos conocemos como esquimales: pueblos indígenas que habitan en las regiones árticas de América y parte de Siberia. La denominación “esquimal” resulta peyorativa porque su significado es “comedor de carne cruda”, de ahí que se prefiera llamarlos “inuits”. Dicho sea de paso, los inuits, a diferencia de los marineros europeos que llegaban a su inhóspito hábitat ártico, esquivaban enfermedades como el escorbuto gracias a su costumbre de comer carne cruda, ya que al cocer la carne, desaparecen muchas de sus vitaminas. Y, volviendo al color blanco, se dice que los inuits distinguen más de 30 tonalidades de blancos y esta distinción garantiza su supervivencia. En cambio, para nosotros, el blanco suele ser uno y no necesitamos hacer una observación profunda de sus matices.  
 
En relación a la idea de que el silencio es interpretable, recuerdo cuando nuestro profesor de pragmática intercultural nos habló de que los navajos guardaban largos silencios, habitud que era malinterpretada por los colonos europeos. Esto costó la vida a algunos de ellos, ya que los europeos consideraban sospechosos esos silencios y veían la traición implícita en ellos. Para los navajos, el silencio significa cortesía, reflexión y equilibrio. Eran más cuidadosos con sus palabras porque creían que por medio de ellas estaban construyendo el mundo a su alrededor.

                Uno de los libros más interesantes que he leído no trata de la lengua de manera específica, aunque pueden encontrarse referencias a ella. Se trata de “Nuestra especie”, del antropólogo Marvin Harris, una obra de divulgación sobre nuestro origen, el origen de la cultura, distintas costumbres en distintas culturas o diferencias entre los dos sexos. Un apartado de este libro habla de los signos que usan los simios, que pese a no tener una lengua, utilizan expresiones faciales y lenguaje corporal. Dentro de los humanos, el lenguaje corporal también varía de una cultura a otra, de modo que es otro aspecto a considerar junto con la lengua y sus silencios. Por ejemplo, nuestro gesto de asentir con la cabeza moviéndola de arriba abajo significa “no” en Bulgaria y el norte de la India, mientras que moverla de lado a lado significa “sí”.

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