Quiero ganarme la vida haciendo lo que más me gusta,
que es traducir. Para mí es algo muy vocacional y muy bonito y pienso que reúno
las características necesarias para poder llevar a cabo este trabajo. ¿Cuáles
son esas características? Aquí tengo mi lista y agradezco comentarios:
La
curiosidad
La mayoría de los traductores, (si no todos),
coinciden en que son personas curiosas que se interesan por temas muy
diferentes. También tienen mucha motivación a la hora de seguir aprendiendo.
Creo que la traducción no es el tipo de trabajo adecuado para una persona
cómoda que quiera poner en práctica siempre lo que ya sabe (o aprender poco
más).
La
pasión por los idiomas
Por supuesto, a la hora de traducir, tienes que
conocer al menos un idioma extranjero y a muchos nos gusta aprender varios y
tenemos que ponernos un límite, porque nunca acabaríamos, y ya es muy difícil
mantener y actualizar lo que ya sabemos.
El
dominio de nuestra lengua materna
Como
traductores, nuestra lengua meta suele ser nuestra lengua materna (en mi caso
el español). Hay que conocer muy bien el idioma del que se traduce, pero
tenemos que dominar a la perfección nuestra lengua materna. Por ello, nos suele
gustar leer y adquirir vocabulario de temas diversos en nuestro propio idioma,
somos muy atentos con la ortografía y exigentes y cuidadosos a la hora de
expresarnos. Sabemos que tenemos que ser buenos comunicadores.
La
capacidad (innata o adquirida) de traducir
Al contrario de lo que la mayoría puede pensar (o
dar por supuesto), los traductores somos conscientes de que saber bien varios
idiomas no es sinónimo de saber traducir. La tarea de traducir es muy compleja
y conlleva una habilidad que se discute si es innata o se puede aprender. De
ahí la pregunta de “¿El traductor nace o se hace?”
El
conocimiento de las diferencias culturales
Si ya dentro de las regiones de un mismo país hay
diferencias culturales, ¿qué pasa con un idioma que está extendido en varios
países o cuándo traducimos de un idioma a otro? Los traductores somos (o
debemos ser) sensibles a estas diferencias culturales y crear textos
comprensibles para la cultura meta a la que traducimos, a veces cambiando
referencias culturales, a veces añadiendo un texto explicativo o buscando
soluciones creativas de todo tipo.
La
creatividad
Traducir es comunicar y también es crear. A partir
de un texto original creamos uno nuevo y, por muy fieles que queramos ser, de
una manera o de otra, nos alejaremos del original. Se dice que no existe el
equivalente exacto de una palabra en otros idiomas, muchas veces no podemos
traducir de forma literal y, en ocasiones, la finalidad del texto meta no
coincide con la del original. Para dar respuesta a todo ello, hay que tener un
cierto grado de imaginación y creatividad. El hecho de que no haya una única
traducción válida de un texto nos da alas para dar a nuestro trabajo un cierto
estilo personal.
Para obtener más información sobre mis servicios: http://elisam-translator.com
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