lunes, 5 de enero de 2015

Historia de la interpretación simultánea




LA INTERPRETACIÓN SIMULTÁNEA

El intérprete en la antigüedad

La labor del intérprete, al igual que la del traductor, ha existido desde tiempos remotos. Ya en el antiguo Egipto era necesario este trabajo y los faraones incluso introdujeron el título de intérprete superior y algunos obtenían el de sóter (salvador).  Los gobernantes utilizaban sus servicios para campañas bélicas y negociaciones diplomáticas o comerciales. Con la caída de Egipto en manos árabes, fue fundamental el trabajo de los intérpretes para la islamización del país.  
En la antigüedad, el griego, el arameo o el latín eran las lenguas internacionales usadas por las élites y el comercio fue fundamental a la hora de impulsar la tarea de traductores e intérpretes: las grandes expediciones contaban con intérpretes que servían de enlace entre las diferentes lenguas y culturas.

El intérprete de hoy. El inicio de la interpretación simultánea

            En el siglo XIX apenas era necesaria la interpretación de alto nivel, ya que el francés era la lengua utilizada para la diplomacia y los diplomáticos se comunicaban en ella. La situación cambió considerablemente a partir de 1919 en la Conferencia de paz de París, en la que el inglés fue declarado segunda lengua oficial de la Liga de las Naciones y con ello comenzó la interpretación consecutiva.  
La interpretación simultánea, por otro lado, se introdujo por primera vez en la antigua Unión Soviética en el año 1928, en el VI Congreso Mundial de la Internacional Comunista.
En la década de 1920, el uso de la interpretación simultánea se expandió rápidamente. En el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, se llevó a cabo la interpretación simultánea a seis idiomas y, posteriormente, en su XXI Congreso, a 18. En el pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, en el año 1933, se usaron cabinas para la interpretación simultánea. En el XV Congreso Internacional de Fisiología celebrado en Leningrado (actual San Petersburgo) en 1935, se llevó a cabo la interpretación simultánea del discurso introductorio de Pavlov de ruso a francés, inglés y alemán.

            En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, y como consecuencia de la restricción de las actividades de la Liga de las Naciones, la interpretación simultánea prácticamente desapareció del panorama diplomático, resurgiendo de nuevo en 1944 en una conferencia en Filadelfia y, con un impulso renovado, en el año 1945 durante los juicios de Núremberg. Estos juicios supusieron un antes y un después en la interpretación simultánea y consolidaron su papel en las instituciones internacionales. Dichos juicios fueron llevados a cabo por iniciativa de los países aliados vencedores en la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de juzgar los crímenes nazis. Se llamó al general Léon Dostert (intérprete de Eisenhower) para encontrar una solución práctica a la barrera idiomática, ya que era necesario interpretar en cuatro lenguas: inglés, francés, alemán y ruso y la interpretación consecutiva tenía el problema de prolongar considerablemente el tiempo de escucha. Por ello, ante la necesidad de inmediatez, se optó por la interpretación simultánea. Y fue todo un éxito, de modo que los intérpretes (estudiantes y profesores de la Escuela de Interpretación de Ginebra y emigrantes y refugiados con conocimientos de los idiomas) pasaron posteriormente a ser miembros de la plantilla de las Naciones Unidas.



 

En la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1947 se estableció el uso de la interpretación simultánea junto a la consecutiva o como alternativa a esta, según la situación lo requiriese. La interpretación simultánea ha ganado terreno a la consecutiva por su rapidez y porque permite trabajar con un número mayor de idiomas.
Las necesidades de interpretación van de la mano de las políticas de muntilingüismo y de las nuevas tecnologías. Hoy en día, la institución que más empleo da a intérpretes simultáneos es la Unión Europea, ya que muchas de sus reuniones tienen que interpretarse a sus 24 lenguas oficiales. Con su política de multilingüismo, la Unión Europea anima al aprendizaje de al menos dos idiomas de la Unión Europea además de nuestra lengua materna.

Enlaces interesantes:



      http://espaiic.es/prof/2d_origen.html

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